Si ven mi twitter verán que soy un poco pesada respecto a este tema, pero, ¿se han visto Orgullo y Prejuicio? DIOOOOOOOOOOOOOS, es preciosa! me ha encantado, y se la recomiendo a todos aquellos que amen las historias de amor, y sobre todo las de odio-amor <3
Y respecto al fic, hoy tenía un capitulo guardado, así que me paso para subir. Espero que estén bien, y suerte con los que tengan próximos exámenes! :)
Iba a deslizar dedo hacía la parte superior derecha, cuando vi que su icono se iluminaba. Me apreté lo dientes, emocionada e intentando no chillar para no despertar a nadie. Era tarde, y como persona normal que mañana debía madrugar, tendría que haber estado durmiendo.
Esperé orgullosa a que fuera él el que me saludara, y así hizo.
-¿No deberías de estar dormida?
-¿No deberías de estarlo tu también?
-No he tenido muy buen día, además de que sabes que me cuesta dormirme. –Sonreí. No sabía siquiera como era, y ahí estaba yo, hablando con un desconocido a casi media noche. -¿Qué tal fue el lunes?
-Acabó bien. Aún prevengo que tendré una semana un poco aburrida.
Envié. Apenas a los tres segundos, empecé a sofocarme. Estaba tardando en contestar. ¿Pero que decías, Eve? Ni siquiera a pasado un minuto, deja de obsesionarte. Aunque ya van diez, y once, doce… ¡Ya basta!
-Yo me temo que tendré que buscar pareja. –Me contestó a mitad desvarío. –A la próxima semana han organizado un baile y todos mis amigos ya empiezan a conseguir parejas.
-¿Bromeas? –Por un momento dudé de cierta conclusión. –Mi universidad también ha organizado un baile para la semana que viene, pero me temo de que también tendré que ir sola. –Suspiré, aunque solo me oyera yo misma. -¿Todas las universidades montan bailes o qué?
-Que yo supiera, solo lo habíamos hecho nosotros… -No le contesté, esperé a que prosiguiera. –Dime, ¿a que universidad vas?
-Middlesex University. –Escribí lentamente, dudando las posibilidades de que pudiéramos ir juntos.
-¿El Middlesex? –Acaso ¿le sonaba? –Venga ya. No me jodas.
-¿Vas conmigo? –Automáticamente, me levanté de la cama, emocionada. Di varias vueltas en el sitio y volví a arrodillarme para escribir. –No me digas que has podido pasar por mi lado y yo no me he enterado.
-Pues me parece que sí. –Una carita sonriente se dibujó al final de la frase. –Increíble.
-¿Y con quiénes vas?
-¿Estás de broma? –Fruncí el ceño. –No te voy a decir quien soy así por que sí. Quiero conocerte.
Quiero conocerte, leí un y otra vez. ¿Estaba de broma? Estábamos bien confesándonos sin conocernos, imaginándonos con una bolsa en la cabeza con signo de interrogación. Tenía que bromear.
-¿A mí? Te llevarías una decepción.
-Estoy convencido de que no. ¿Qué te parece en el baile?
-¿Y cómo se supone que me reconocerías? Están habiendo rumores de que quieren hacerlo de máscaras.
-Fácil; quedaríamos en algún lugar. –Mis manos empezaron a temblar, en compañía de mis piernas. –Que me dices, Mrs.Weird, ¿te apetecería ser mi acompañante de baile?
Explosión de estómago.
No me molesté siquiera en contestarle deprisa. Me volví a levantar y empecé a dar los máximos saltitos que podía, intentando desahogar toda la emoción y el nerviosismo en ellos. Tenía ganas de chillar, pero a caso de que no quisiera morir, debía de callar la boca.
Volví al ordenador incapaz de no contestarle. Era una propuesta demasiado tentadora.
-Encantada. ¿Pero entonces donde quedaríamos?
-En el camino hacía el campo. –O no, ese justamente no. Iba a estar completamente desalojado aquel día, lo sabía. –El baile comenzará alrededor de las ocho, ¿estaremos allí a las ocho y media?
-Perfecto. –Mentí. No era perfecto, era demasiado vergonzoso. Sabía que me iba a costar el alma ir aquel día hacía el camino. -¿Y si no apareces?
-Apareceré. –No dudé de él. –Bueno Weird, seguimos hablando. Me parece que Mr.Lizard se va a dormir por ahora. Buenas noches.
Me despedí lo más disimuladamente de él y apagué el ordenador. Estaba más emocionada que nunca, mi estómago era un concierto en vivo en aquel momento y con solo imaginarme la situación las piernas se me erizaban.
Pero, ¿y si no le gustaba? ¿y si resultaba ser un engreído y me lo soltaba así por que sí? No, no, le conocía y sabía que no era así.
Pero, ¿y si resultaba ser el típico chico informático, que no sale de su habitación, con gafas redondas por su adicción al ordenador y todavía con acné? No, tocaba el bajo. O eso decía. ¿Y si solo lo dijo para alardear?
Tantos nervios y indecisión no podían ser buenos para mi salud. Preparé rápidamente mi mochila, y intentando olvidar varios segundos aquello, me escabullí dentro de la cama.
Pudiera ser que mañana pasara por su lado y no me diera cuenta. ¿Y si lo hacía? ¡Que tonta! Era demasiado insoportable, necesitaba reconocerle. Tal vez podría ir preguntando a todos los chicos si tocaban el bajo.. no no, sería ridículo, aparte de que conocía lo suficientemente bien a Mr.Lizard como para saber que aunque diera con él, él no se reconocería.
Decenas de preguntas tontas como aquellos me rondaron la mente cuando apagué la luz. No podía quitarme de la cabeza esas tontas preguntas, y debido a ello, cuando caía rendida al sueño, soñé con cientos de chicos que podrían ser él, algunos tan maravillosos que era imposible que fueran reales y otros lo más horribles que se me quitaban incluso las ganas de seguir hablando con él.