Ambos chicos se detuvieron
cuando la luz de la farola que se extendía arriba de sus cabezas les golpeó los
rostros, delatando sus sentimientos.
Danny, el castaño de ojos
azules, pecas y pequeño extrañamente planchado pero delatando algún bucle tenía
un aspecto sombrío. Su típica sonrisa delatando tu talante buen humor
desapareció en aquel momento. Parecía algo airado.
Harry, el segundo que se
había apoyado de espaldas al palo de la farola, también con cabello oscuro, con
cresta, alguna mecha que otra pero ojos azules más intensos, le observaba
azorado. Ver así a su amigo no le daba muchas buenas ideas. Tenía algo malo que
contarle.
Danny respiró hondo,
preparándose para decir aquello que debía confesarle a su amigo mientras miraba
de reojo a las chicas que habían empezado a conversar y apartado la vista de
ellos.
-Harry –Titubeó, nervioso. -, verás, aparte de la
cena y la merienda, me he encargado de hacer un pedido más.
El batería frunció el ceño.
Se acomodó en la farola, frunciendo los labios e intentando llegar a la
conclusión. Se encogió de hombros, esperando la respuesta.
-¿Qué pedido más?
-Ya que hoy era una oportunidad de estar con ellas,
-Las miró de nuevo de reojo. –tanto para ti como para mí, he pedido… -Se mordió
el labio. –una habitación. Dos, para nosotros; esta noche.
-¿Qué? –Susurró fuerte su amigo. Intentó parecer
sereno para que las chicas no se alarmaran. -¿Estás loco, Danny? ¿Qué hotel?
–Miró a sus alrededores. No tardó en vislumbrar el gran edificio un poco más
lejos donde residían cuatro estrellas doradas. Suspiró. –Tal vez para ti y ella
no sea tan mala idea. Está claro que esta noche promete para ti. –Dijo con énfasis
la última palabra. –Pero te recuerdo que para mí y Evelyn, esto es solo una
cena. Ya me expresó sus sentimientos. No quiero reiterarle lo que siento y
menos aún, acobardarla
-Tal
vez seas un poco tonto, no me extrañaría al no haberte fijado en una cosa.
–Siseó Danny mientras se cruzaba de brazos y enarcaba una ceja. –Dime, ¿por qué
te ha llamado entonces?
-Se
aburría. –Contestó Harry, intentando zanjar aquel tema.
-¿Por
qué ha tenido que ser cena?
-Fue
Brooke la que hablaba al pedir una cena.
-¿Por
qué hablaba Brooke y no ella, si definitivamente Eve estaba a su lado?
A aquello no tenía
contestación. Pensó varios segundos la respuesta, pero ni la más absurda le
parecía lógica. Miró a su amigo de nuevo, y rindiéndose, se encogió de hombros.
Sabía cuala era la respuesta que le iba a decir Danny, pero prefirió no
decirla.
El pecoso sonrió, y mientras
le miraba por arriba del hombro, aportó:
-Vergüenza, Harry, vergüenza. Tengo una hermana, la
he visto enamorada y también ha actuado así. Puede que Evelyn te dijera que no
sentía lo mismo por ti, pero ha podido cambiar de sentimientos, ¿no?
-Me lo hubiera dicho… -Susurró, dejándose convencer.
La idea de que Eve pudiera haberse enamorado de él era magnífica para Harry,
tanto que le resultaba doloroso negarse a ella. –Yo también tengo una hermana,
pero no la he visto actuar así… aunque –Aportó a su favor. -, tampoco le
prestaba mucha atención en su vida amorosa.
-¿Pues entonces? –Danny le dio varios golpecitos en
el hombro. –La idea del hotel es genial para mí. –Sonrió pícaramente, dedicando
una sonrisa a Brooke. Esta no le observaba. –Y si la cosa sale bien con Evelyn
esta noche, también para ti.
-¿Y si no sale bien?
-Simplemente dormiréis. Le dices la verdad: ha sido
todo idea mía. Tú no sabías nada.
Harry suspiró, mientras que
junto a su amigo miraron a las chicas. Estas se habían sentado sobre el escalón
de una de las casas que habían al lado. El batería observó a su invitada. No se
sentía seguro, absolutamente nada. Ella ya le había rechazado una vez, y a
pesar que después de su declaración, Evelyn se había mantenido incluso más
amigable y comprendida, le espantaba la idea de perderla.
Pero no costaba nada
intentarlo. Sabía perfectamente que ella le entendería a pesar de lo que
pasara; era una extraña conexión que no les permitía llevarse mal, o por lo
menos, eso parecía hasta el momento.
-Ahora –Volvió ha hablar Danny, irguiéndose. -, creo
que voy a ir a llevar un paseo a Brooke. Prefiero engatusarla. Quiero que
cuando llegue el momento de mi declaración, ella esté lo más encantada posible.
Si quieres puedes ir haciendo tiempo con Evelyn.
-Está bien. –Adelantaron dos pasos, pero el batería
paró a su amigo por el pecho. –Por cierto Danny, por observación mía y
declaración de parte de Evelyn, no tendrás dificultades a la hora de una
respuesta positiva por parte de tu compañera. –Le guiñó un ojo.
El pecoso sonrió de la forma tan peculiar que podía.
Deseándose suerte mutuamente, llegaron hasta donde se encontraban las chicas.
El anochecer había completado su fase, y la noche ya rondaba por el embarcadero
y la pequeña plaza. El frío se apoderó de la estancia, pero nadie se percataba de
la erizada piel de Evelyn, a pesar de que estuviera sometida todo el rato a los
ojos que no podían parar de observarla: los de Harry.
Que sepas que este capítulo me ha gustado mucho! (aunque no sepas quién soy... solo que soy una lectora de tu fic que te lee cada día ^^)
ResponderEliminarBueno peque, que me encanta tu fic y que sigas teniendo tanta imaginación :)
Auro
Aww muchísimas gracias, no sabes como me gusta leer tus comentarios!
EliminarJajaj muchos besos :)
Eva