35.Party clothes

Se que este capitulo es deprimente, a penas hay desarrollo de la acción,todo es explicativo, pero dont matter, escribiré en cuanto pueda :) aunque la semana que viene , e de avisar, no podré escribir mucho. Estoy de intercambio y tengo a una francesa en casa. Buenas noches! Au revoir!

Me atrevería a decir que no son humanos si nunca, una semana de estudios os ha transcurrido misteriosamente lenta. El miércoles no paso nada, más de lo mismo.

A la hora de la comida de aquel día, me senté al lado de mi hermanastro y de Holly. Me enteré por boca de mi amiga que se sentaba a mi lado que ya había encontrado repentinamente pareja para el baile, Harry. Este se lo había pedido aquella misma mañana mientras la esperaba a la salida de su clase. Incluso parecía estar radiantemente feliz.

Y el jueves, ya que los chicos tenían reunión en la discográfica nosotras aprovechamos para ir al centro de Londres a comprarnos algún vestido para el baile. Un plan demasiado refinado para mis gustos. Si las acompañaba era porque me veía en la necesidad de no ir con jeans y sudadera al odioso baile.

Aquella misma tarde, después de extraerle unas cuantas libras a James a la fuerza, me reuní de nuevo en el volvo de Katherine. Presumía de él, como obsequio de su madre por su decimo ocho cumpleaños.

Al cabo de un cuarto de hora quizás, Kat, Holly, Brooke, Gio y yo llegamos a la fina y rosada tienda de una calle no muy modernizada. Tenía alféizar llenos de plantas decorativas de todos los colores, el típico cartel con letra cursiva en el que ponía Party clothes y el jardín de una vivienda normal de dos plantas, salvo que en vez de pequeños cristales como las normales casa, grandes escaparates con maravillosos vestidos atraían a la clientela.

Sabía que aquello no debía de ser muy barato.

                ¿Hola? –Dijo en voz alta Katherine, intentando encontrar a la dependienta del lugar, después de que el tintineo de metales de la puerta advirtiera de nuestra llegada. -¿Hay alguien ahí?

                -Oh, lo siento, estaba dentro. –Respondió una dulce voz mientras una señora de avanzada edad aparecía por detrás del mostrador. -¿Vienen a comprar algún vestido estás jóvenes damas? ¿Qué tipo de acontecimiento se presenta?

Había que admitir que su imagen emitía confianza. Tenía un rulo cabello corto que apenas pasaba sus orejas, rubio pero decorado con alguna que otra cana que lograba disimularse por el moño recogido. Tenía unos pequeños ojos azules que expresaban costumbre de que solía reírse, y vestía un vestido elegante con abrigo y falda verde claro.

                -Sí, todas buscamos vestidos para un baile de universidad.

                -No son las primeras clientas que buscan lo mismo. –Caminó un poco hasta nosotras. –Deben de ser del Middlesex University, ¿no es así? –Asentimos al mismo tiempo. –Los vestidos más perfectos para el baile lo tenéis ahí a la derecha. Ante cualquier duda indecisión, estaré por aquí.

                -Gracias. –Habló Brooke mientras se acercaba hacía donde nos había indicado. –Dios, ¿habéis visto que preciosos vestidos hay?

                -Prefiero no mirar el precio. –Hablé por lo bajo, pero todas me oyeron.

                -Tampoco está tan mal. –Opinó Kat mientras miraba la etiqueta de un vestido palabra de honor rosa. –Me probaré este. –Y se escabulló dentro del probador.

Así pasamos toda la tarde del jueves. Ninguna acabábamos de decidirnos, y me incluyo. Cuando me picaba el mosquito tonto, llevaba a ser como ellas con la ropa.

Al final opté por un vestido largo, al igual que Holly. Había intentado elegir el más decente, y aunque me hubiera acabado todo el dinero que me había prestado papá, no me arrepentía. La tela llegaba a ser bastante suave para el tacto, totalmente decorada de un granate claro. Tenía la espalda descubierta, pero y para mi gusto era demasiado ajustado. Las chicas me habían asegurado que se llevaban hoy en día así, y sin duda había recibido ayuda de estas para seleccionarlo, pero merecía la pena.

Holly, por otra parte, optó por un vestido también ajustado, lila y también bonito. La tela del final acariciaba el suelo a cada paso que daba, lo que resultaba más resaltador.

Las otras vistieron vestidos cortos, los típicos de las fiestas de hoy en día. Katherine se inclinó por el color blanco, el cual coordinaba perfectamente con su cabello pelirrojo. Giovanna por el naranja, y Brooke por otro más blanco que el de Kat, pero con una cinta cubriéndole la parte de arriba de las caderas, junto debajo del pecho.

El viernes fue el día de compras para los chicos, de modo que pasé otro día con mis amigas. Logan y Cole se les habían unido, lo cual me reconfortó. Me caían realmente bien y a pesar de la indiferencia de Dougie hacía Logan, todo parecía marchar bien.

Con las chicas no lo pasaba absolutamente mal.

Había descubierto que mi primera impresión sobre Holly era errónea; era realmente una chica realmente sociable y comprensiva, que sabía escucharte y aconsejarte. No era muy tolerable, pero solamente tenías que saber mantener el control con ella y no desbordarte.

Katherine, tal como supuse, era dócil y amable. Era muy extraño verla sin sonreír o que a cualquier cosa no echara una risa. Se preocupaba por todo lo que te pasaba y también era bastante inteligente; con cualquier duda de deberes, estaba dispuesta a ayudarte.

Brooke no era muy diferente a mi; teníamos gustos casi iguales. Pensábamos de la misma forma y actuábamos simultáneamente. Ambas nos encubríamos y sabíamos que hacer para hacernos sentir bien, y durante el tiempo que había pasado con ella desde que la conocí, tuve que reconocer que se había convertido en una de las mejores amigas que tenía de entre las cuatro.

Giovanna era como una madre para todos. Tenía su lado serio y maduro, pero solo en los momentos que debía. Cuando desaparecía esa Gio, salía la marchosa y alocada. Jamás la oirías hablar mal de nadie, y al igual que Katherine se pasaba el mayor tiempo sonriendo, lo que hacía sentirte mejor. Era curiosa, pero sabía mantener su curiosidad alejada si no le interesaba el tema; a pesar de que te negaras a contarle algo, sabía comprenderlo y te daba uno de esos reconfortantes abrazos que te hacen ver el día más oscuro, uno de los más soleados.