Hiyaa! Siento no haber actualizado desde hace días, pero i’m sorry, no me encontraba nada bien, además de que la inspiración no se había molestado en visitarme, pero aquí tienen, aunque sea cortito D: I hope you like, goodbye J
Gracias también a mi pésima suerte, el móvil cayó boca arriba, provocando que los rayos de luz que emitía en medio de la oscuridad no solo deslumbrara nuestros cuerpos, si no también nuestros rostro.
Aún conservaba los ojos apretados con fuerza, mientras mis manos retorcían el final de mí camisa. Me dedicaba a escuchar su respiración, unida a la mía y que ambas conseguían hacer alguna orquesta de viento en aquella pequeña habitación.
Juré no hablar. Me daba igual si él lo hacía, no le iba a prestar atención. Seguramente, si me molestaba en escucharle o simplemente en arrepentirme, mi puño se descontrolaría y se estrellaría contra su moflete. Ahora estaba completamente segura de que, en las últimas semanas, lo que había sentido hacía Dougie era éxtasis y emoción por conocerle, o simplemente por lo que siempre había soñado desde pequeña y que en aquel momento me aseguré de que jamás pasaría: una historia de amor, tan maravillosa e imposible como pintaban en las películas. ¡Dichosas películas!
-¿¡Por qué no me habías dicho que eras tú!? –Gritó en un susurro la voz de Dougie, mientras intentaba profanar la barrera que había hecho en mis tímpanos para no escucharle. –Dios Evelyn, ¡justamente tú, justamente! Te he contado cientos de cosas sobre Weird, cosas que no quería que ella se enterase, y resulta que ahora eres tú ella. ¡Haberme avisado!
-Oh si, claro que sí, muy ingenioso. –Empecé a despertar mi voz, sin disimular mi furia en ella. –Tan sencillo como cogerte un día y decirte. ¡Hola Dougie! ¿Cómo estás? Espero que bien, ¡Ah! ¿Sabes una cosilla de nada? ¡Qué yo soy Weird! –Abrí por fin los ojos, encontrándome con los suyos, los cuales eran en aquel momento como mirar al mar: Celestes oscuros, cristalizados y húmedos. –Dougie, ¡joder! Eres un imbécil de mierda, ¡sí, imbécil! No sé como me llegué a creerme que podrías haberme aceptado sabiendo quien soy, ¿qué pasa? ¿Te parezco un prototipo de mujer muy baja para ti? Ya se perfectamente que no soy lo que ningún hombre desea ni prefiere, ¡pero no hace falta que vengas tú ahora para reprochármelo! –Apreté mis dientes con fuerza, haciéndolos rechinar. -¡Te odio, te odio por hacerme creer algo más de lo que no soy y darme una patada ahora! –Le atesté un golpe en el pecho, tan fuerte como pude, pero él apenas no se movió. Mis ojos empezaron a desbordarse de lágrimas, quitándome toda la fuerza de mis músculos. –Déjame irme, por favor… -Acabé en un susurro, arrinconándome en un pequeño rincón del cuarto.
Y allí cesó nuestra conversación. Volví a sumergir mi mirada en la oscuridad, sin preocuparme de lo que expresaba el rostro del viejo Lizard. Noté en varios momentos su mirada sobre la mía, pero pasé completamente indiferente.
Así mantuvimos durante el tiempo que transcurrió hasta que empezamos a diferenciar los pequeños e inconfundibles tacones de Brooke acercarse a donde estábamos. Rodeados de un silencio increíblemente incómodo, pero sin ningunas ganas de parte de los dos, confiaba, de hablar.
………………..
La extrovertida silueta de Brooke salió disparada como una bala de las grandes puertas del edificio, irradiando felicidad junto a una gran sonrisa dibujada en su rostro. Recorrió medio campus, hasta que un poco más alejada de ella y acercándose en dirección contrario, reconoció la delgada figura de un chaval.
-¡Harry! –Gritó a pulmón abierto, empezando a correr hacía él, sin retirar su sonrisa. -¿Qué haces aquí?
-¿Brooke? –Arrugó el entrecejo. –Oh, em, he venido a recoger un libro que se me había olvidado en la taquilla. –Arqueó las cejas, observando la dentadura que no quitaba su amiga. -¿Y tú? ¿Te ha sucedido algo tan tan bueno que no vas a poder evitar contármelo?
-¡Mejor! –Aplaudió, sin poder contener su emoción. –Bueno, no es por mí, es por Eve. –Los ojos del batería se entornaron, prestando más atención al tema. –Verás, es una larga historia. Eve desde hace mucho tiempo tiene un ciberamigo, y en el baile llegaron a besarse. –El tamaño de los ojos de Harry aumentaron un poco, impactado de la historia. –Y ella, antes de que describiera él quien era, se fue. Así que hoy han vuelto a quedar, ¡y los he encerrado en un cuarto de escobas! –Sofocó un gritito. –¿Pero a que no sabes quién es él?
-Dougie. –Espetó sin la mayor mueca de felicidad. –Nos ha llegado a contar a Tom, Danny y ami esa misma historia del baile, y lo de la ciberamiga incontables veces. –Desvió sus ojos al pasto, envolviéndose en sus pensamientos. –Entonces… ¿A Evelyn le gusta Dougie?
-Por lo que parece sí.
-Oh, ¿y dices que están encerrado en un cuarto de… escobas? –Fingió una sonrisita que pronto volvió a desaparecer.
-¡Así es! ¿No es magnífico? Eso sí, ¡No sabes lo que me ha costado meterles! Por los pelos.
-Oh sí, es genial.
-¿Te encuentras bien, Harry? –Formuló Brooke retirando de una vez su sonrisa.
-A, sí, es que me acabo de acordar que no solo me había olvidado de un libro. –Achicó sus ojos intentando calmar la situación. –Bueno, mejor no pierdo más tiempo, luego nos vemos.
Y así volvió a dirigirse de nuevo al edificio, pero esta vez con su amigo el bajista y su respectiva compañera en la mente.
Joder con Dougie tambien!! como puede ser asi con Eve?!!? es un idiota!! pues de todas formas me ha encantado el cap =)
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