Mi corazón parecía estar a
punto de explotar, un cosquilleo en los pies me hacía correr el peligro de
parecer imbécil ante cualquier movimiento que hiciera. Pero justo cuando caía
en un mundo de nubes, feliz, una tormenta iluminó mi mente.
Le acaba de ser infiel, fue lo primero que
pensé. Se me encogió el corazón de pena. Él estaba con Jessica, ya había
abierto una brecha en su relación, y yo era la causante de esto. Intenté
separarme, pero mis músculos no me respondían. Tras unos segundos que
parecieron lentos y rápidos, noté como sus manos se separaban de mí. Mis ojos
se abrieron lentamente, descubriendo los suyos: grandes, azules, y sobre todos,
brillantes y húmedos.
Con una zancada grande y unida con un
suspiro exasperado, Harry creó distancias entre él y yo. Respiré, cogiendo
aire, ruborizada, asustada y sintiendo un gran vacío en el interior. El miedo
llegó a mi cuerpo, unido a la idea de que pasaría ahora.
-Yo lo sabía –Dijo de repente, respirando
entrecortadamente. Noté su supuesta tranquilidad, pero sus ojos estaban
nerviosos como los míos -. Todos… todos me decían que no, que solamente era tú
amigo. Pero el día del concierto, cuando apareciste con él, cogiéndote en
brazos yo sabía que había algo de química entre vosotros.
Pasó una mano sobre su pelo, deshaciendo
su cresta y revolviéndolo todo. Su mirada se apartó de la mía, nerviosa y la
posó sobre la ventana alta, alejada de nosotros. Nadie nos habría podido ver a
través de ella, y con un poco de tranquilidad, suspiré aliviada. Nadie parecía
haber visto aquel… beso.
-¿Estabas celoso de Alex? –Pregunté de
repente. Mi voz se quebró al pronunciar el nombre de mi amigo, y me arrepentí
del falso beso minutos de antes.
-Yo sabía que él era algo más que un amigo
–No me contestó, pero sus ojos me observaron nerviosos -. Me sentía culpable
por haberte… sustituido, supongo, durante tu ausencia por Jessica. ¡Pero tú
también lo hiciste!
Una lágrima se escapó de sus húmedos ojos,
una sola lágrima que no pudo resistir más, pero fue suficiente para que en mis
ojos comenzaran a formarse balsas desbordantes. Tenía un nudo en el estómago,
como si el arrepentimiento me lo estrujara. Sabía que él se equivocaba, pero yo
también lo había hecho.
-Yo te sustituí por nadie –Dije en un hilo
de voz.
-¡Sí, si lo hiciste! –Un sollozo se escapó
de su voz, pero respiró hondo y volvió ha hablar, adusto -. Pero supongo que es
lo justo, ¿no? Ya no sientes nada por mí, intentaste decírmelo con tu silencio
el otro día, en la universidad… -Sus ojos volvieron a encontrarme -. Lo respeto,
lo sé. Pero.. ¡yo lo sabía!
-¡Pues te equivocas!
-No, Evelyn, lo entiendo –Intentó frotarse
los ojos de forma disimulada, pero saltaba a la vista. Di un paso hacía él,
titubeando, pero él simplemente se quedó impasible -.Yo… yo te quiero, y lo sabes.
Siento lo del beso, no podía soportarlo… seis meses sin besarte, llevo todas
estas semanas queriendo hacerlo, pero… no era justo para Jessica. Pero ahora no
he podido controlarme… -Sus ojos volvieron a encontrarme -. Lo siento, habría
tenido que respetar tú relación con Alex y tus sentimientos.
-No tengo nada con Alex, ¡no siento nada
por él! –Estallé. Esta vez fueron mis lágrimas las que se resbalaron -. Dios,
¡estaba observándote, y de repente besuqueas a Jessica! –Noté como apretaba sus
labios. Tenía razón. -. Ni yo misma pude controlarme. ¡Contraataque, Harry, fue
un contraataque! ¡Y Alex simplemente me ayudó porque él mismo sabe…! –Callé.
¿Tenía que decírselo? Pero, si lo hacía, ¿con qué palabras?
-¿Sabe? –Dio un pequeño paso hacía mí.
-Sa… sabe lo que sentía por ti y… -Sacudí
mi cabeza, reventando en una explosión que no pude controlar al final -. ¡Joder
Harry! ¡Yo también te quiero!
Sus músculos se crisparon y noté la
estupefacción en su rostro. Sus ojos parecieron tranquilizarse, al igual que su
respiración, y su ceño se frunció levemente. Noté como él color de mi cara
aumentó, noté la vergüenza y apenas mis músculos que se negaban a responderme.
-¿Cómo? –Fue lo primero que gesticuló -.
Pero tú… no me dijiste nada antes.
-Por Jessica. ¡Estás con ella, la quieres!
Yo no quería que lo vuestro terminase, yo solo quiero que sigas así… feliz.
-¿Feliz? –Carcajeó -. En los últimos seis
meses no lo he llegado a ser. Por Dios, Evelyn, por mucho que sienta hacía
Jessica no supera lo que siento por ti –Sus pasos se aproximaron rápidamente, y
me abrazó con firmeza, hundiéndome en su pecho con sus fuertes brazos
enroscados en mi espalda -. Dios mío… ¿De verdad me quieres? –Asentí, aún
ruborizada -. ¡Já! Esto… esto no es como me lo había imaginado.
-Ni yo –Carcajeé. Noté su mano rozar mi
mentón, y sin evitarlo levanté mi mirada hacía su cara, apenas unos centímetros
de la mía. Evoqué antiguos momentos, medio año atrás. Quería repetirlo, pero
tal como le parecía a Harry, no me parecía justo para ella -. Jessica…
-No, ahora no la recuerdes –Dijo,
analizándome con sus ojos azules. Mi corazón volvió a agitarse, loca por él,
loca por todo lo pasado y loca por lo que quería que pasase -. Ya es bastante
duro, difícil… déjame disfrutar de esta sensación.
Asentí. No quería que se fuera, que me
dejara de nuevo perdida en una tormenta. Quería que se acercase más, que me
besara, que no se separase nunca… pero no podía ser. Noté su nariz rozando la
mía, con un cosquilleo en todo mi rostro. Su frente contra la mía y sus labios
cerca de los míos, muy cerca.
-Yo no quiero ser una especie de… -No pude
terminar. Resistirme a sus besos era doloroso.
-Amante –Asentimos a la vez -. De acuerdo
-. Y sin más, volvió a abrazarme con tanta fuerza que incluso lo noté lejos,
muy lejos, inalcanzable para mí.
0 comentarios:
Publicar un comentario