El final del fic está empezando a verse. Aún no sé como terminarlo, es un comecocos, pero sea cual sea el final intentaré hacerlo... ¿emocionante?
Muchas gracias a las personitas muggles que me leen! :)
El lunes llegó con retraso
para mí. Me había pasado los dos últimos días encerrada en Harrow, sin querer
salir por miedo a verles.
A
Harry, por miedo de encontrarme su mirada cargada de sentimientos, esta vez
correspondidos pero con un pesado obstáculo por en medio, y tan lejos de mí que
se me encogía el corazón de solo pensar que tendría que conformarme con esta
situación, tal vez, hasta que su relación se quebrara.
Y a
Jessica, con el miedo de acordarme del beso, de sentirme arrepentida
pero también furiosa con ella. De compadecerme, de explotar de celos e ira, o
simplemente de lágrimas dolorosas y confusas.
De modo que me aislé en mi habitación, en
las manzanas más cercas de casa, con mi réflex, o simplemente, con un libro.
Dejé que Alex les comunicara su marcha a James y Debbie, y él respetó mi
soledad, aprovechando para formar sus maletas. Tom fue el único que insistió en
que habláramos, y de poco sirvió. Una vez más, logró hacerme sentir mejor, pero
era difícil cuando mirabas a la realidad sin un hoyuelo por en medio.
Alex se despidió de sus ídolos,
prometiendo que volvería si le invitaban a un concierto, y al conseguir la
promesa, el domingo se marchó de la isla inglesa, hacía el sur. Sabía que le
añoraría.
El lunes, las primeras horas, el almuerzo,
pareció ser un día normal y corriente. Tranquilo, con la intimidad que
necesitaba para contarle todo a Brooke de lo que me había pasado. Ella, al
igual que mi hermanastro, había intentado hacerme ver los lados positivos,
pero, ¿de que servirían palabras frente a la realidad?
A la hora de la comida, busqué nuestra
distinguida mesa en el comedor. Estaba cubierta de grafitos sobre el plástico,
hechos el año anterior por los chicos y nosotras. Sonreí, mohína, y me senté
sola, esperando a los demás. Normalmente era yo la última en llegar. Removí con
el tenedor mis espaguetis varias veces, esperando, pero no llegaban.
Extrañada, levanté la mirada entre la
muchedumbre. La puerta que daba al vestíbulo estaba cerrada, el bullicio
tranquilo como siempre, los profesores en su mesa, hablando en cuchicheos y…
Justo en mi análisis, la puerta que
conectaba con el vestíbulo se abrió de golpe. Las miradas de riña de algunos
profesores observaron a la chica de cabello castaño que corría rápida como una
bala, pero pronto la ignoraron. El resto de la sala siguió ignorándola, y
cuando por fin la vi con más claridad, ahogué una suave exclamación de sorpresa
cuando Holly corría directa hacía mí.
-¡Evelyn! –Gritó parándose enfrente mía.
Su cabello estaba revuelto debido a la corrida y le costaba respirar -. Tienes
que venir… rápido. Danny, Dougie, Tom y Harry han venido. Harry… Harry estaba
hablando con… Jessica, y de repente, se ha puesto como… como una motosierra.
-¿Quién? –Pregunté alarmada, aferrando mi
cuenco de espaguetis con más fuerza.
-Jessica –Me cogió de la muñeca libre y
estiró de mí -.¡Ven, rápido!
No
dude. Eché a correr todo lo deprisa que pude, detrás de ella y pisándole los
talones. No solté en ningún momento mi cuenco; sabía que si lo dejaba
abandonado en la mesa y si no volvía rápido, podía ganarme una buena
reprimenda.
Cuando abandonamos el comedor, un
vestíbulo con doce o más personas hablaban cerca de la puerta. En realidad,
solamente tres de ellas hablaban, pero lo hacían con tanta fuerza, que parecía
que hubiese un griterío entre ellos. Eran Jessica, Harry y… ¿Lily?
-¿Con qué de esas vas? –Bufó Jessica,
dándole un empujón por el pecho al batería. Este permaneció impasibles, y
cuando caminé muy lentamente hacía ellos, su mirada captó la mía. Fue un error;
en aquel momento, Jessica la siguió y me encontró -. ¡Tu! –Gritó furiosa.
Lo
sabe, fue lo único que logré pensar antes de que se acercara a grandes
zancadas rabiosas a mí. Danny fue quien intentó aferrarla, pero la pelirroja
logró librarse de sus manos con arañazos y caminó más deprisa hacía mí. Di un
paso hacía atrás, tambaleándome y con miedo.
-¡Es tú culpa! –Gritó muy cerca de mí, y
noté como mis oídos chirriaban. Sin ver con claridad, noté su empujón sobre mi
pecho, haciéndome daño. Resistí la rabia, más que nada, por mi desconcierto -.
¡Todo!
-¿Qué ocurre? –Intenté decir tranquila.
Vi
con claridad los ojos de la pelirrojas, húmedos, derramando lágrimas. Olvidé su
rabia, su empujón y por un momento me sentí arrepentida. Sabía que tenía que
ver con Harry, obviamente, pero, ¿qué? ¿Él se lo había contado? No… no podía
haber hecho eso.
-¡Qué que ocurre, dice! –Gritó la voz de
Lily, acercándose -. ¡Vamos, Jessi, pégala!
-¡No! –Oí la voz al unísono de Harry y
Brooke, sus pasos acercándose.
Pero
cuando la pelirroja se movió, me mantuve quieta, esperando su golpe. Se que
debería defenderme, pero, ¿cómo? ¿Golpeándola yo a ella? No.
Pero tan pronto como vi que su puño no iba
directo a mi cara, si no a mis manos, noté como se apoderaba de mi cuenco de
espaguetis. Tan pronto como empecé a sentirme segura, una masa de pasta con
tomate y carne picada cayó sobre mi cabello, y unas finas tiras blancas
aparecieron como obstáculos en mi vista.
Me miré la camisa, cubierta de tomate, y
no quise imaginarme como estaría mi cabello. Mi cara ardió de ira, pero lo
único que logré hacer, fue apartar a la pelirroja de un empujón y salir
corriendo hacía los pasillos.
-¡Así estarás un poco más decente! –La oí
gritar, y cuando mi cara dejó de ser vista, rompí en lágrimas dolorosas.
Yo te sigo leyendooo!!! Espero que no lo termines todavía che! Me gusta mucho cómo va :) Besotes Eva.
ResponderEliminarJjajaja wee! :)
EliminarYa van casi 110 capítulos! Jaja además, tengo pensado comenzar otra :9
Besos Mica :)