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martes, 24 de enero de 2012

14.No tan engreído como creía.

Al día siguiente, desperté antes de que lo hiciera mi padre. Fui hasta la cocina y me preparé mi vaso de leche. Eché un vistazo al reloj que colgaba arriba de una de las encimeras y vi que había despertado con un cuarto de hora de antelación.
Fui de nuevo a mi habitación y allí comencé a vestirme y prepararme la mochila. Intenté matar el tiempo buscando algún peinado más original, e incluso mientras estaba en el baño oí como la puerta de la habitación de Tom se abría. Ya habrían despertado.

-¿Quién está en el baño? –Oí su dulce voz algo dormida.
-Yo.
-¿Mamá?
-No Tom, soy Evelyn. –Carcajeé y dejé el peine sobre el lavabo.

Abrí la puerta y observé con detenimiento su matojo de pelo rubio alborotado. Tenía cerrado un ojo, y el otro apenas lo podía mantener abierto debido al cegamiento que le causaba la luz del baño. Reí al ver su cara, a lo que el me respondió sonriendo y haciendo aparecer su hoyuelo. Salí del baño para que el entrara, y caminé hasta mi padre.
 Podía oírle tatarear alguna canción desde la cocina. ¿Cómo podía estar tan de buen humor al despertarse?

-¿Qué haces despierta? –Parecía sorprendido.
-He madrugado. –Sonreí orgullosa. -¿Vamos a tardar mucho en irnos? Llevo bastante rato aburriéndome.
-Cuando Tom acabé de arreglarse nos vamos. –Me miró de reojo. –Parece que tienes ganas en llegar.. ¿por qué?
-No tengo ganas, pero es lo único que puedo hacer. Al menos allí me entretengo.
-¿Y tus amigos? Bueno… Debbie me dijo que Tom no te los presentó a todos. –Su voz se hizo un susurro para que solo yo pudiera oír.
-Oh, ya, pero no pasa nada. El tiene su grupo, ya me integraré yo en alguno. –Intenté parecer despreocupada. –Al fin y al cabo, no estoy sola.


-Y bueno, ¿te gusta esta universidad? –Me preguntó mi hermanastro mientras nos sentábamos en uno de los bancos de piedra.
-No está mal… los profesores parecen algo estrictos, pero enseñan bien.
-Esperemos que siga así… -Y dejó un incómodo silencio al terminar la frase.

En cierta parte sabía que no me estaba acogiendo con sus amigos, y creo que temía un poco que le preguntara si podía ir con ellos. No lo iba a hacer, no iba a obligarle a hacer algo que no quería.
El silencio se rompió cuando oímos un pitido agudo en las orejas y ambos saltamos de nuestros asientos.
No giramos alarmados, pero nos tranquilizamos al ver que era solamente Danny, quien le acompañaba Harry.

-Os estábamos buscando por todo el campus. –Se sentó esta vez él, dejando caer su mochila al suelo.
-Habíamos venido a sentarnos un rato.
-Como si estuvierais muy cansados. –Danny rió, e inevitablemente me uní a él. –Tom, ¿Vendrás hoy al ensayo, no?
-Está claro que sí. –Se sentó al lado de su amigo. –Tampoco aguantaría encerrado en casa toda la tarde.
-Además, la semana que viene tenemos ya unos cuantos conciertos y tenemos que ir preparados. –Una voz algo aguda sonó detrás de Harry, quien se mantenía callado. Me resultó un poco familiar, pero no pude reconocerla hasta que vi de quien se trataba.

Dude un momento de lo que veía. El chico rubio del pasado día, el engreído maleducado que no me había dado ni un gracias por recoger sus libros, estaba esta vez risueño, mostrando una perfecta dentadura mientras achinaba sus ojos pequeños.

-Hablar por ti; eres siempre el más nervioso y próspero a equivocarse durante un concierto. –Harry habló por primera vez, mientras rodeaba al chico con su brazo por el hombro. –Por cierto Dougie, te presento a la nueva hermanastra de Tom, Evelyn.
-Eve. –Corregí algo ruborizada.
-Oh, hola. –Se puso algo serio, seguramente recordando su egoísmo. –Tom habló mucho de ti.
-Solamente os dije que tenía una hermanastra.
-Pero estabas orgulloso de tenerla. –Danny se acostó sobre el banco. –Él esperaba una chica creída, pija o demasiado orgullosa, y apareciste tú. –Sonreí tímida, sin saber si aquello era bueno o malo. –Le ahorraste un favor. Si fueras así, no te soportaría.

Fui a hablar, esta vez para halagarle a él, pero antes de que pudiera decir nada, el timbre sonó, haciendo que todos se levantara y encaminaran hacía sus clases. Me separé del grupo una vez entré al vestíbulo, pero allí me paré al ver que de nuevo no sabía donde ir.

-Te toca educación física. –Me informó una voz, y cuando me giré comprendí que venía de Dougie.
-Oh, gracias. –Soné algo indiferente, y empecé a inspeccionar mis lados. ¿Por donde ir?
-Sigue a Danny, a él también le toca esa clase. –Asentí, pero antes de que me fuera, me cogió suavemente por el hombro para pararme. –Por cierto, quería decirte que lo siento por lo de ayer. No pasé un muy buen día y lo pagué en parte contigo sin conocerte.
-No te preocupes. –Sonreí para quitarle importancia. –Cualquiera puede tener un mal día. –Miré a Danny de nuevo, y pude ver como se alejaba cada vez más. –Bueno, hasta luego o perderé de vista a tu amigo. –Él asintió, y mientras le daba la espalda, comencé a correr tras el chico de pelo castaño y liso

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