¿Qué opinas sobre este fic?

lunes, 16 de enero de 2012

6.Paseo por las calles de Harrow.

Me apoyé un poco más sobre el marco de la puerta, sin apartar todavía los ojos de él. Realmente era hermoso verle cantar, y movía su cabeza, como si rozará la música con su piel, haciendo que su pelo alborotado por la mañana bailara.
Gracias a mi cotidiana suerte, hice un movimiento en seco con los pies, haciendo que tropezaran entre sí y me resbalara. Abrí de golpe la puerta, y caí boca abajo en el suelo, ya perteneciente a la habitación de Tom.
Oí como el chico había dejado de cantar y tocar, y una vergüenza sin límites me recorrió cada parte de mi cuerpo. Cerré los ojos con fuerza, y lo más rápido que pude e intentando aguantar la estabilidad, me volví a poner de pie.

-Lo siento, lo siento mucho. –Me excusé mientras me limpiaba el pijama. –Estaba… oyendo como cantabas.
-No te preocupes. –Rió alegremente mientras dejaba su guitarra de nuevo. -¿Te he despertado?
-Si… bueno, no. –Zarandeé la cabeza, intentado aclararme. –Sí, me has despertado, pero ha merecido la pena. Lo poco que has tocado me ha encantado.
-Gracias. –Volvió a carcajear. –Algún día la escucharás entera.

Silencio.
Le sonreí como despedida, y aún con mi vergüenza, me apresuré a salir de la habitación. Perfecto, Eve, habías hecho el ridículo.
Me encaminé hasta la cocina. No había nadie. Empecé a registrar los armarios, hasta que por fin, encontré un vaso. Luego abrí la nevera, intentando avispar pronto la leche, y no me costó mucho.
Me preparé el desayuno, y me lo tomé tranquilamente. Oí el canto de los pájaros, y un extraño sol se colaba por los cristales de las ventanas, haciendo reflejar una sombra sobre la mesa. Realmente era hermoso.
Puse de nuevo el vaso sobre el fregadero, y me encaminé de nuevo hacía la habitación. Me encerré en ella, y tomándome mi tiempo, me vestí lo más simple que podía. Por último, cogí una de mis coletas desgastadas, y me hice una cola larga, con algunos pelos que otros sueltos.
Salí de nuevo y empecé a buscar por la casa. Descubrí habitaciones que no había visto antes, como la de Carrie, la cual estaba vacía. La sala de estar, otro baño, la habitación de Debbie y también, obviamente, la de James, y lo que más me fascinó; un cuarto repleto de instrumentos.
Me quedé varios minutos anonadada, observándolos, pero decidí conservar mi educación y la privacidad. Cerré la puerta, aún sin tocar nada. Ya tendría alguna ocasión.
Volví a la habitación de Tom, quien estaba mirando unos apuntes de una libreta. Pedí permiso para entrar, y aún recordando mi vergonzoso momento, le dije algo ruborizada.

-¿Dónde están todos?
-Creo que han ido a comprar. Yo he preferido quedarme.
-Oh. –Silencio, pero no iba a quedarme allí callada siempre. –Creo que me voy a dar una vuelta para conocer el pueblo. Si vienen avísales, ¿de acuerdo?
-¿Quieres que te acompañe? –Dejó la libreta. –Aún tardarán, y no tengo nada mejor que hacer.
-Está bien. –Acepté, mientras esperaba a que se levantara.


Esperé a que terminara de acomodarse el pelo, y junto salimos de casa, cerrando la puerta con llave. Empezamos a caminar en silencio por la vereda, mientras me dedicaba a observar la fila de casas blancas y altas y respiraba el aire a naturaleza. En Cambridge era difícil no llegar a aspirar el humo de los coches.

-¿Crees que te gustará Harrow? –Me preguntó Tom, rompiendo el silencio. Sonreía.
-Por ahora me está gustando. Es raro que esté saliendo el sol, ¿no?
-Últimamente estamos teniendo días soleados. –Respiró hondo. –Mi cotidiano gorro de lana lo he dejado por ahora debajo de la almohada.

Reí, y después más silencio.
Tom habia resultado ser una persona tan agradable como su familia, que sin duda, lograba hacerte reír a la mínima. Había tenido suerte. Si iba a estar sola de momento en aquel pueblo y Tom iba a ser mi hermanastro, tenía que entablar amistad con él.

-¿Está tarde volverás a irte con tus amigos del grupo? –Pregunté con curiosidad.
-No, solamente con Danny. –Fruncí el ceño, haciéndole entender que no le conocía. –Es un amigo mio. Me voy a Bolton, a su casa  a preparar ambos algunas canciones más.
-Oh. –Volví a mirar al frente, fingiendo una sonrisa. Me hubiera gustado pasar la tarde con él en vez de aburrirme. –Espero que os vaya bien.
-También se quedará a comer en casa hoy, y luego cogeremos las cosas y nos iremos. –Volvió a aparecer su hoyuelo cuando me sonrió. –Te lo presentaré. Te caerá bien.

0 comentarios:

Publicar un comentario